En medio de la ciudad, en el asfalto urbano, una tarde de invierno, se cruzan unos desconocidos, Uriel y Jimena, que más tarde coincidirán en el mismo local de copas, llegan a entrelazar unas miradas entre la multitud, parece haber un interés, compartirán unas palabras y risas junto a sus amigos, se hace tarde, se intercambian teléfonos y quedan en llamarse.
Chica guapa, chico guapo, cada uno con su trabajo, con su hogar, etc. Entre ellos nace el afecto, el cariño, ilusiones, planes y proyectos.
Después de unos días de varios encuentros, de empezar a compartir momentos, situaciones, convivencia, etc, empieza a salir algún problema entre ellos, saltan chispas, motivo principal? el gato y el pajarito que tiene Jimena en casa, Uriel no los soporta y ella no soporta que el los desprecie.
La temperatura de las discusiones aumenta, en un momento dado, después de que ella le comunique que está embarazada, embarazo inesperado, aunque causa sorpresa a la pareja, la duda de si lo quieren o no, vuela en el aire.
Uriel, pide que los animales que tanto le molestan, se saquen del piso, pensando en el bebé, dice Uriel, esto no es higiénico, a lo que Jimena responde un "no" rotundo, diciéndole que estaban antes que él. Uriel está celoso del gato, que pasea por donde le apetece del piso.
Uriel enfurecido, necesita llamar la atención, hacerse un poco el importante, en la vivienda de Jimena, empiezan los gritos, algún insulto, aparenta querer suicidarse, acercándose a la barandilla de la terraza que hay en el salón,, retrocediendo por las súplicas de Jimena.
La furia sigue, todo es culpa del gato y el pajarito, dice Uriel, mientras coge la jaula con el pajarito, la tira con rabia al suelo, y el pajarito muere.
Gran pena invade a Jimena....
La policía acude a la vivienda, alertada de los gritos por algún vecino, invitan a que Uriel abandone el domicilio. Desde este ajetreado día, la relación entre Jimena y Uriel, se paraliza, es inexistente.
El no debe llamar ni acercarse, ella sufre un aborto. Ya no tienen nada que les una.
Los dos sufren por el otro, deben empezar un camino nuevo..... Dicen quererse, pero en realidad lo que sienten es soledad, no hay amor, ni nunca lo hubo, se aferraron a su compañía, siendo una relación tóxica.
Alas de vida..... Déjalas en movimiento, hay que poder seguir.
No podemos perder ninguna pieza, todas ocupan un lugar, algunas están cerca de nosotros, otras a varios km, algunas nos las dan, otras las construimos. No las podemos cambiar, como si de cromos se tratara, todas tienen su sitio.
Unas piezas tienen ADN de familia, otras esencia de amistades o incluso sólo conocidos, las hay con ruido de enfermedad, otras con luz de futuro, algunas con color de placer, quizás también con huellas de esfuerzo, logros, títulos, sellos de amor, o ansiedad, preocupación....algunas en forma de piedras, debemos formar nuestro puzzle con la diversidad de piezas que iremos acaparando a lo largo de la vida.
