lunes, 10 de agosto de 2015

- No hay vida sin complices



Quién no tiene un cómplice, una amistad que guarda un momento o hecho, que no se expone al mundo? Cooperación amistosa con respeto.

Un secreto compartido entre dos, deja de ser secreto y pasa a generar una complicidad.
Nace una conexión especial, una chispa, química o feeling, sin más, nace una confianza extra.

Se comparten confesiones o secretos particulares, son desde el alma con el corazón ardiendo, sensibilidad flotando en el momento de las confidencias.

El silencio de un amigo forma la mitad de nuestra complicidad.
Sentimientos, sensaciones o vivencias, locuras ocultas, sé unen en el camino del secreto, quedando en una cajita mágica que se cierra sin llave, queda sellada por el silencio de los cómplices.

 Los cuales tienen miradas que chocan hablando sin palabras, o quizás con un guiño, una sonrisa bañada de picardía.

Los ingredientes del refugio de una complicidad, son amistad, confianza, respeto, cariño y silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario